Con su máquina de coser y las agujas que siempre la acompañan, Florentina Moreno hace su patria. A sus 83 años no piensa jubilarse, quiere seguir haciendo faldas y sombreros porque siente que la mantienen viva.

Todo lo que hace Florentina Moreno lo hace en su taller, que también es su casa.

Florentina Moreno también hace el sombrero ocueño blanco.

Hacer un sombrero puede llevar a Florentina Moreno hasta un mes

Todo el mundo conoce a Florentina Moreno como el "Manito Ocueña".

Florentina Moreno estima que ha confeccionado más de 100 faldas y sombreros para el Festival Nacional de Manito. Fotos. Cortesía de Mides

Ella solo asistió al primer grado de la escuela primaria, pero en términos de costura es una profesional. Su nombre es Florentina Moreno, la mujer de 83 años que todos conocen como la "Manito Ocueña". Versión impresa

Mientras usa una máquina de coser gastada de la marca "Singer", Florentina estima que ha confeccionado más de 100 faldas y sombreros para el Festival Nacional de Manito. Por eso se han perfeccionado sus manos para confeccionar las mejores faldas de gala y montuna que se producen en la comarca de Ocú, provincia de Herrera.

Este artesano, beneficiario del programa 120 a 65 del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), también elabora el sombrero blanco de Ocueño. Los teje 15, 16 y hasta 24 vueltas.

Revela que hacer una falda puede llevar hasta 15 días y si es un sombrero hasta un mes.

Pasa gran parte del día entre trozos de tela, fibras vegetales secas y agujas. Todo lo que hace lo hace en su taller, que también es su hogar, una casa humilde y sencilla de dos dormitorios, sin lujos y provista solo de lo básico. Regístrese para recibir contenido exclusivo ALERTA! Una charla podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Cascadas: ¿Cuáles son las favoritas y más visitadas en Panamá? ¡IMPACTANTE! Enfermera de UCI vivió la furia del COVID-19, que lo dejó al borde de la muerte

Cuando está a punto de tejer un sombrero, se arma de paciencia mientras ordena las piezas, en su mayoría hilos vegetales, que coloca sobre una base redonda de madera, conocida como horma, para ser trenzada con precisión milimétrica.

Algo parecido ocurre con las faldas. En una gastada máquina "Singer", da rienda suelta a su imaginación para hacer faldas de lujo.

El proceso para hacer un sombrero es complejo: hay que sacar diferentes plantas, raspar, teñir, secar y tejer la fibra, que junto con el hilvanado puede tardar hasta 30 días. El resultado es un fino sombrero ocueño blanco que puede costar entre $ 100 y $ 200.

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Sus primeros pasos en la costura A los 15 años aprendió los detalles de la costura observando a su madre y lo ha hecho hasta los 83 años sin usar gafas. En sus manos hay mucho conocimiento, tradición y cultura que la hace sentir orgullosa de lo que es y representa para su comunidad. Por si no lo vieron Capturan a 'Jair', identificado y señalado por disparos en Betania Entierro de estadounidense y piloto hallado muerto en Coclé CIDH: Justicia incurre en corrupción cuando no brinda igualdad de oportunidades a las partes

Florentina es una de los 1.623 adultos mayores que nunca pudieron cotizar a la seguridad social en el distrito de Ocú y que hoy reciben un subsidio trimestral del Estado que les permite comprar alimentos, medicinas y artículos personales de primera necesidad.

El estallido de la pandemia paralizó las dos últimas versiones del Festival de Manito y con él la demanda de faldas y sombreros. Fueron días difíciles para Florentina, que está acostumbrada a coser y tejer para generar ingresos.

"Toda mi vida la dediqué a la costura, con esta profesión crié a mis seis hijos, por eso nunca pude aportar la seguridad social y mucho menos pagar una cuota de jubilación", confesó.

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Se estima que en el país hay 137 mil 123 adultos mayores que no están cubiertos por programas de protección social, jubilación o pensiones.

Florentina nació en 1937, en un momento en que el Estado panameño apenas ordenaba políticas de protección social. La primera vez que se promulgaron leyes de protección laboral en Panamá fue en 1924, a los telegrafistas. Luego, mediante la Ley 65 de 1926, tuvieron acceso los empleados de la Agencia Postal de Panamá, el Banco Nacional de Panamá y el Hospital Santo Tomás, pero ninguno de estos programas se ajustó a Florentina.

120 a los 65, un programa que restituye derechos Para la ministra de Mides, María Inés Castillo, la historia de Florentina visualiza la vida de cientos de adultos mayores que no pudieron acceder a la jubilación a pesar de haber trabajado toda su vida.

Para Castillo 120 a los 65 es un programa que restituye los derechos de los panameños que no gozan de pensión, jubilación u otro sistema de protección social.

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Además, de 120 a 65 constituye una respuesta estatal para las personas mayores en situación de vulnerabilidad que hoy requieren una atención especial.

Este programa brinda beneficios a 122 mil 525 adultos mayores con transferencias anuales que ascienden a 176 millones de balboas. Solo en la provincia de Herrera 7 mil 887 panameños se benefician de la tercera edad.

En tanto, la directora regional de Mides en Herrera, Cinthia Ureña, indicó que el Estado a través del 120 al 65 garantiza a esta población el acceso a controles médicos que son fundamentales para que gocen de una buena salud.

Ureña recordó que los programas de transferencias monetarias condicionadas han protegido a miles de panameños en estado de vulnerabilidad durante esta pandemia. En ese sentido, destacó que el Estado seguirá fortaleciendo los programas de protección para que ningún ciudadano quede excluido del desarrollo social y económico del país.

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Por todo lo que le ha tocado vivir, el programa 120 a los 65 representa mucho para Florentina, es la jubilación que nunca tuvo y que siempre se mereció.

Hoy, 3 de noviembre de 2021, cuando el país celebra 118 años de Separación de Colombia, Florentina ondeará la bandera de Panamá, recordando el significado de una fecha tan importante y lo que ha significado para su profesión.

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